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Mostrando entradas de abril, 2016

Los Crímenes de la Calle Morgue y Otros Cuentos de Edgar Allan Poe

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Cuando era adolescente no me atraía mucho leer relatos de paranormalismo porque para mí es tan sugestionante como verlo todo digerido en la pantalla. Sí lo admito, soy muy miedosa para esas cosas; pero curiosamente no puedo evitar que de vez en cuando salga mi lado masoquista y termine viendo o leyendo algo que me ponga los cabellos de punta. Como cuando me leí un relato de H. P. Lovecraft en una revista de dibujo. En aquel entonces yo tenía 17 años y estaba loca por aprender a dibujar. En esa edición uno de los colaboradores ilustró con maestría ese pequeño relato valiéndose de figuras extrañas, símbolos antiguos, colores oscuros, efectos borrosos trabajados en Photoshop y un estilo sencillo y al mismo tiempo macabro que dio como resultado un trabajo muy profesional que llevaba hasta el lector una representación visual de los horrores que atiborraban la imaginación del señor Lovecraft. Aquel primer encuentro con el misterio y el horror de un relato de Lovecraft despertó en mí el

Carlitos y Snoopy La película (The Peanuts)

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Cuando era niña y transmitían la caricatura por señal abierta nunca me gustó, me aburrían sus chistes y la animación no me atraía ni un poco (obviamente en esa época qué iba yo a saber de calidad de línea, color y doblaje). Para mí  Don Gato y su Pandilla   me parecían más llamativos que el pobre  Carlitos  con su melena de un solo cabello, su perro  Snoopy  (que no me terminaba de gustar) ni el otro bicho amarillo cuyo nombre no se me ha pegado todavía. Y qué decir del boom que causaron éxitos del anime con títulos como los  Pizza Gatos Samurai, Fuerza G, Candy Candy y Dragon Ball. ¿Cómo iba a competir nuestro buen Charlie contra éstos monstruos nipones? Obviamente no había forma. Pues muchos de los que crecimos no necesariamente con las creaciones de  Hanna-Barbera  habíamos empezado a pedir más  Kame-hame-has  y menos  Daba-daba-dooos.  Y no es que mi intencion sea echarle tierra al pobre, que eso quede claro. En fin que n unca me consideré fan de Charlie Brown... ha